Esta danta ( Tapirus bairdii ) fue fotografiada con cámaras trampa en Corcovado. Detrás del animal puede observarse esta máquina, que toma la fotografía al detectar calor y movimiento. Javier Carazo para LN
ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL EN LA PENÍNSULA DE OSA
Tomado de: http://www.nacion.com/ln_ee/2009/septiembre/13/aldea2086020.html
En cinco años se duplicó el número de manigordos y chanchos de monte
Biólogos suponen aumento de jaguares debido a un mejor control de la cacería
Un aumento significativo en la población de grandes mamíferos como manigordos, chanchos de monte, dantas y saínos del Parque Nacional Corcovado es muestra de que este lugar recupera su salud tras más de una década de cacería ilegal poco regulada.
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Así lo indica una reciente investigación del biólogo Javier Carazo, del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre, de la Universidad Nacional (Icomvis).
El estudio demostró también que, dado que algunas de esas especies son presa de los jaguares, estos tienen una tendencia a aumentar su población.
Carazo hizo un análisis comparativo entre las características de poblaciones de manigordos, jaguares y sus presas potenciales, como cabros de monte, tepezcuintles y guatusas, entre otros, en los años 2003 y 2008. Tras la investigación, halló que la mayoría de especies estudiadas mantienen su número o tienden a aumentar.
Esos dos años corresponden a momentos en que el Parque tuvo diferentes esfuerzos de control de la cacería, siendo el 2008 cuando se ha tenido mayor cantidad de guardaparques disponibles. Por eso, el investigador atribuye los cambios en la cantidad de estos animales a la mejoría en la protección del Parque.
Carazo elaboró el estudio como tesis de maestría en el marco del Proyecto Jaguar, que tiene más de 15 años de estudiar los jaguares en Corcovado, donde se conserva un 2,5% de la biodiversidad mundial.
El estudio. Carazo explicó que, para poder estudiar los cambios en las poblaciones de estas especies, utilizó el recurso de las “cámaras trampa”. Estas son son cámaras fotográficas con sensores que detectan calor y movimiento.
“Las cámaras se colocan una frente a la otra para tener la imagen del animal por ambos lados. Antes todas eran ‘de rollo’, pero ahora instalamos también cámaras digitales para mejorar la calidad de las fotos”, explicó el investigador.
Estas máquinas se colocaron por primera vez en el 2003 para investigaciones cuyo objetivo era estimar la densidad de la población de jaguares y manigordos, pero también registraron imágenes de otros animales. De esta forma, el reciente estudio tomó en cuenta esos datos inéditos para calcular también la abundancia de las presas potenciales de esos felinos.
La investigación determinó que del 2003 al 2008 se duplicó la cantidad de manigordos, pues el primer año había una densidad de población de 23 individuos por cada 100 kilómetros cuadrados y, cinco años, después subió a 49. “Esta cantidad es la estimación más alta reportada para el país”, dijo Carazo.
El investigador comentó que para los demás animales se hizo un cálculo de la abundancia relativa, es decir, cuán abundante es la especie en el Parque.
Las principales especies con tendencia a aumentar su población, además de los manigordos, son: dantas, cauceles, tepezcuintles y chanchos de monte (de los cuales se observaron varios ejemplares jóvenes). Los dos últimos son los favoritos para la cacería, lo cual ponía en competencia a los felinos con los cazadores.
Según Carazo, la inversión en equipo e investigaciones a lo largo de estos años ha logrado sensibilizar a las autoridades costarricenses para proteger el Parque.
50 FUNCIONARIOS
PARQUE TIENE HOY MÁS PROTECCIÓN
Aunque la cacería ilegal es un problema que persiste en muchas áreas protegidas del país, en el caso del Parque Nacional Corcovado hoy se cuenta con una mayor protección que la de hace unos quince años.
De acuerdo con Etilma Morales, directora del Área de Conservación Osa –a la cual pertenecen Corcovado, el Parque Nacional Piedras Blancas y la Reserva Forestal Golfo Dulce–, a partir del año 2000 no se renovó el equipo de vigilancia del Parque por falta de presupuesto. Sin embargo, en el 2005 se contrataron varios guardaparques por medio de donaciones de ONGs, y a partir del 2007, por una nueva política del Estado, pasaron a ser funcionarios públicos.
“Actualmente hay unos 50 funcionarios trabajando los 365 días del año. Hemos visto una mejoría en la protección del Parque y, con su presencia, incluso se han reportado las denuncias por cacería ilegal. En lo que va del año se han puesto nueve, de las cuales dos fueron por saqueo de huevos de tortuga”, dijo Morales.
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